28 nov 2007

Preparando el terreno I

Saben bien nuestras autoridades castrenses que para reconquistar un territorio es necesario, si no imprescindible, la formación de una buena quinta columna; un grupo de conspiradores locales, que, al más puro estilo de nuestra sagrada contienda civil, socave la moral del gobierno local. Y ni cortos ni perezosos, hemos enviado a un aguerrido equipo de Hijos del Imperio para reclutar indígenas en el antiguo Virreinato de Nueva España, conocido hoy como Méjico, para auxiliarnos en nuestra elevada misión hispanizadora. Cualquiera no sirve. La quinta columna la han de formar solo aquellos nativos leales que todavía conserven genes o costumbres hispanas, que conserven la transformadora huella imperial que nuestros seductores antepasados dejaron tras de sí. Los primeros informes de reclutamiento eran esperanzadores. Nuestro equipo, tras aterrizar en la capital, tuvo que esperar dos horas para pasar la aduana y recoger la maleta. Al más puro estilo de nuestra querida Barajas o El Prat, con muchos funcionarios, mucha cháchara y poco movimiento. Con ese antecedente, nuestros profesionales albergaban la esperanza de un reclutamiento rápido. Pero las cosas se torcieron. El equipo acudió a un restaurante, como primer espacio probable donde encontrar nuestra venerada huella. Uno de sus miembros, mostrando gran arrojo y valentía, decidió examinar a un posible candidato, el camarero, pidiendo algo que no estaba en la carta. Y fue una gran decepción: ni caras raras, ni bufidos, ni suspiros. Se limitó a traerlo. Un pequeño fracaso. Pero los ánimos del equipo se derrumbaron al darse cuenta de que, a pesar del lleno total del restaurante, podían escuchar con facilidad la conversación de sus compañeros de mesa.
La labor va a ser más dificil de lo que pensamos. Los años de independencia han hecho triste mella en este pueblo. Continuaremos transmitiendo los partes de batalla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como hemos cambiado...., incluso ellos, la verdad es que resulta demoledor para cualquier buen patriota llegar a una antigua colonia y comprobar que se han perdido gran parte de nuestras conquistas, la semillita que pusimos en otro continente ha perdido fuerza y parece que deriva hacia otros lares...que pena, tengo gran curiosidad por conocer los avatares de estos nuevos descubridores, dignos sucesores de Aguirre y sus marañones, ardo en impaciencia por conocer sus aventuras y sus desventuras a través de las sucesivas crónicas a través de las cuales descrubrir el estado en que quedarón los blasones depositados con todo cariño por Pizarro, Cortes....españoles como no han habido otros .....siempre a la espera de sus imperiales noticias

Anónimo dijo...

Veo que este blog vence por la espada pero tambien por la pluma. ¡Que manejo del castellano muestran los comentaristas de este blog! ¡Soberbio!

Lina dijo...

Valiente Jeromín: ¡qué árdua labor has ido a desarrollar! ¡qué desmoralizador debe resultar comprobar que nuestros inestimables valores, con tanto esfuerzo y sangre propagados por aquellas tierras, se han perdido, diluido, difuminado dejando que actitudes extranjeras venzan... tanto sacrificio para nada ... Debo además informarte, y créeme que lo siento, de otra mala noticia: también ocurre en nuestra casa, en nuestra tierra. La invasión viene del Norte, de esto no cabe duda, y por ello, en Barcelona - donde me encuentro estos días - ya van sucediendo también estas cosas: ayer, con muy poco criterio -lo confieso- , comímos en un restaurante donde tuve que sufrir el silencio y la falta de algarrabía. Nos oíamos sin necesidad de elevar el tono de voz (que siempre da alegría al entorno) convirtiendo ese almuerzo en un aburrido encuentro de relajada conversación; era inquietante estar junto a otra mesa y no poder enterarnos de sus desdichas o cotilleos. Me quedé con la duda de si el grupo de seis comensales situados en la otra punta del local eran compañeros de trabajo o vete tú a saber quienes. No hubo manera de captar ni una frase completa de sus conversaciones. Descorazonador, ¿no te parece? A dónde vamos a llegar ...